Se robaban carros de $ 150 millones y los vendían en $ 10 millones

7 Junio 2019.

Foto: Ilustración de Juan Sebastián Villegas.

Eran las 11 de la noche del miércoles 24 de octubre del 2018. La pareja de novios estaba parqueada en la camioneta Mercedes Benz de él al frente del conjunto residencial de ella, ubicado en Cedritos, en la localidad de Usaquén. Antes de despedirse se quedaron hablando por algunos minutos.

Tomado de: El Tiempo.

No se percataron de que pocos metros más adelante se detuvo un vehículo. Tampoco notaron que tres personas, dos hombres y una mujer, descendieron de ese carro. Fue por ese descuido que los sorprendió la violenta llegada de los delincuentes, armados, que les exigían abrir las puertas.

Los obligaron a pasarse a la parte trasera de la camioneta, un hombre tomó el volante, el otro se hizo en el puesto del copiloto y la mujer se sentó con las víctimas, a quienes les quitó todas sus pertenencias.

“Fue muy duro para ellos porque los llevaron por varias partes de la ciudad por media hora y los dejaron abandonados en la localidad de Suba”, cuenta mientras revisa en sus documentos un investigador de la Sijín de la Policía de Bogotá, que tiene 15 años de experiencia persiguiendo ladrones de automotores.

Este caso fue el punto de partida para ir tras la banda delincuencial ‘Los Marinillos’. Desde entonces empezaron a ser recurrentes las denuncias de carros de alta gama en la zona norte de Bogotá hurtados bajo la misma modalidad.

Las víctimas eran casi siempre parejas, el robo ocurría a altas horas de la noche, eran tres los delincuentes y antes de llevarse el carro, los ‘paseaban’ por varios sectores de la capital quitándoles sus pertenencias –en ocasiones desocupando sus cuentas bancarias– y finalmente los abandonaban en alguna zona lejana, generalmente en la autopista Norte, en Fontibón, Engativá o Suba.

MarinillosEran tres los delincuentes que abordaban a las víctimas y se robaban los vehículos.

Marinillos

 

Eran tres los delincuentes que abordaban a las víctimas y se robaban los vehículos.

Los detectives empezaron a reunir los casos denunciados, recolectar imágenes de cámaras de seguridad de los sitios donde ocurrían los asaltos y a tomar los testimonios de las víctimas. Sin embargo, fue la voz anónima de un ciudadano la que permitió empezar a cerrarles el cerco a estos ladrones.

Para este informante, que vivía en el mismo conjunto residencial del encargado de llevarse los carros hurtados, fue sospechoso que uno de sus vecinos cambiara con tanta regularidad los carros de alta gama y que siempre llegara a la madrugada en estos, así que decidió informar a las autoridades.

“Nos suministró el nombre, el número de identidad y la línea telefónica de esta persona. A partir de ahí empezamos a enlazar a los otros integrantes de la estructura criminal”, detalló el uniformado.

Con la interceptación de este criminal, además de las otras labores investigativas, lograron determinar cómo delinquían, y que en total eran ocho los integrantes. Cuatro de ellos se encargaban de hurtar los carros, uno los compraba y los llevaba a sitios clandestinos en Kennedy y Puente Aranda, donde otras dos personas se ocupaban de desguazarlos. Finalmente, un delincuente comercializaba las partes en el mercado negro del sector del 7 de agosto y La Estanzuela.

Según se lee de los reportes de la investigación, esta banda solo hurtaba carros de alta gama: Audi, BMW, Mercedes Benz, Nissan Qashqai, Toyota Prado eran los predilectos. Y aunque tales modelos suelen costar alrededor de 150 millones de pesos, o más, los vendían en apenas $ 10 o $ 12 millones para que los desbarataran y los vendieran por partes.

“La otra modalidad era que los regrababan y los comercializaban. Se los vendían a gente incauta como carros originales, les cambiaban las placas, adulteraban los sistemas de identificación como el chasis o el motor”, narró uno de los investigadores.
Incluso, algunos de estos automotores los publicaban en páginas de internet para la venta y si, por decir algo, era un carro de 160 millones de pesos, lo ofrecían en $ 120 o $ 130 millones. Mentían argumentando que el bajo precio obedecía a motivos de viaje o algo similar.

Operativo de captura

Después de tener plenamente identificadas las residencias de los ocho integrantes de ‘Los Marinillos’, el 2 de abril de este año se realizaron seis allanamientos en Suba, Engativá y Ciudad Bolívar, las zonas donde vivían estas personas. En estas diligencias encontraron dinero, armas de fuego y partes de automotores.

Todos fueron capturados y enviados a prisión. Siete aceptaron los cargos. Según el testimonio de un detective, entre octubre del 2018 y febrero del 2019, se robaron 19 carros, logrando con esto ganancias de unos 1.200 millones de pesos, entre los que comercializaban por partes y los que lograban vender completos. Cuatro vehículos fueron recuperados y devueltos a sus propietarios.

Gracias a este y otros golpes contra grupos organizados dedicados a robar vehículos en Bogotá, las cifras de este delito han bajado. Según datos oficiales de la Secretaría de Seguridad, entre enero y abril del año pasado ocurrieron 1.164 casos, y en el mismo periodo de este año, fueron 1.085, 79 menos.

En este momento se está avanzando en la segunda etapa de esta investigación. En las próximas semanas esperan intervenir los locales comerciales en donde se comercializaban las partes de las camionetas robadas. El investigador de la Sijín terminó su relato enviando un mensaje a la ciudadanía para contribuir en la lucha contra este flagelo.

“Si seguimos comprando repuestos en lugares de dudosa procedencia, estamos siendo parte de esas bandas delincuenciales. Si no hay quien compre esos elementos, se reduciría muchísimo el hurto de los carros en la capital del país”.

Esta es la cuarta entrega del especial periodístico Bandas tras las rejas, en el que se explican las diferentes modalidades de robos que ocurren en Bogotá y las investigaciones que ha adelantado la Sijín de la Policía para desarticular algunas de las estructuras criminales responsables de cometer estos delitos.