Reorganización de la salud en Bogotá: un año de aciertos y polémicas

Por Jairo A. Cárdenas A. / @Jairo_Cardenas7

En abril se cumple el año de transición de la reestructuración de la red pública de salud. La Secretaría destaca los beneficios de un modelo que no ha sido ajeno a las críticas

En 2016 el secretario de Salud, Luis Gonzalo Morales, presentó en el Concejo un modelo que prometía mejorar el servicio en la red de hospitales públicos y salvarlos de la bancarrota. Consistía en agrupar los 22 hospitales del Distrito en cuatro subredes (norte, sur, suroccidente y centro oriente), para que trabajaran de manera coordinada. La idea era que cada hospital se especializara y complementara los servicios de otro, en vez de competir por los pacientes.

La próxima semana se cumple el año de transición que dio el Concejo, tras aprobar la reestructuración, y el secretario Morales se muestra satisfecho con los resultados, a pesar de los duros cuestionamientos que ha tenido que enfrentar, pues el modelo ha sido objeto de fuertes críticas, de empleados y médicos que han denunciado cierre de servicios y despidos.

Ante esto, la administración ha mantenido un discurso consistente al señalar que el nuevo modelo no ha implicado cierres de servicios, sino traslados, y que algunos despidos eran necesarios. Eso sí, reconoce que hay detalles por afinar, para que se puedan apreciar todas las bondades del nuevo modelo.

Según la administración, la criticada reestructuración ha dado importantes pasos en este año, especialmente en términos de transparencia, eficiencia financiera y administrativa, cobertura y mejoramiento en el servicio. “Los 22 hospitales se convirtieron en cuatro subredes con personalidad jurídica desde agosto pasado. Cuando llegamos, encontramos instituciones que competían entre ellas y eran autónomas en temas de contratación, lo que se prestaba para grandes casos de corrupción. Hoy los hospitales trabajan en equipo, se complementan, se unificaron los contratos y, lo más importante, hay mayores opciones para los pacientes”, dijo Morales.

Foto de archivo

Uno de los temas más polémicos en este primer año fueron los despidos de los directivos de los hospitales. Hasta el año pasado, cada institución contaba con un gerente y un equipo. Con la reforma, todos los centros asistenciales de cada subred los coordina un solo equipo directivo, encargado de cada detalle administrativo.

Una de las ventajas, cuenta Morales, es que se tendrá mayor control sobre los recursos. Además, los espacios que ocupaban esos funcionarios se usarán para ampliar el número de camas. “Había hospitales de seis pisos donde dos eran de oficinas. Ahora que el área administrativa se manejará desde un solo punto, este espacio se podrá destinar para la salud y no para el papeleo. Ahora, en vez de gerente, cada institución tendrá un director científico con la única misión de garantizar una correcta atención de los pacientes.

La construcción de Centros de Atención Prioritaria en Salud (CAPS) es otro de los avances. De los 40 que se anunciaron, se han construido 10, que según el secretario, han servido para reducir el hacinamiento en las salas de urgencias. “A la fecha, en estos CAPS se han atendido 50 mil pacientes que antes llegaban directamente a los hospitales de la red”, indicó.

Pero más allá de las obras y la reorganización de los 22 hospitales, uno de los logros que destaca la administración es el avance del proceso para rescatar a la EPS del Distrito, Capital Salud. Se le inyectaron casi $55 mil millones, con lo que el Distrito obtuvo el control con el 89 % de las acciones. Así las cosas, según las cuentas de la Secretaría de Salud, el nuevo modelo parece ir por buen camino. Sin embargo, aún hay que esperar para ver si a la larga el nuevo sistema es el éxito que señala la Alcaldía o un experimento que podría ahondar aún más el problema de salud.

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