Noticias falsas: ¿por qué las mentiras se vuelven éxitos virales?

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El tema de las noticias falsas no es nuevo, pero ha tomado fuerza este año.

Son culpables redes como Facebook de los contenidos engañosos que publican? Análisis.

Por:  TECNÓSFERA |

‘En su juventud, Ángela Merkel hizo parte de la policía secreta de Alemania del este…’. ‘El papa Francisco asombró al mundo al apoyar la candidatura de Donald Trump…’. ‘Un agente del FBI que investigaba el caso de los ‘e-mails’ de Hillary Clinton fue hallado muerto en su apartamento…’. Son titulares tan impactantes como falsos.

Pero no solo fueron publicados –todos este año–, sino que alcanzaron a millones de internautas, de los cuales, cabe suponer, al menos una parte los tomó por ciertos.

El tema de las noticias falsas no es nuevo, pero probablemente nunca haya alcanzado la resonancia que alcanzó tras el triunfo de Donald Trump en la campaña presidencial de EE. UU. Confundidas por la inesperada victoria, numerosas voces se alzaron para cuestionar la forma en que redes sociales como Facebook o Twitter sirven para amplificar el alcance de mentiras diseñadas, precisamente, para volverse virales a costa de la desinformación de multitudes.

(Tutorial: Aprenda a reconocer las noticias falsas o engañosas)

Facebook se apresuró a descartar el fenómeno. El fundador de la red social más conocida del mundo dijo que “la de que las noticias falsas influyeran en la elección es una idea bastante loca”. Cuando medios y analistas de todo el mundo contestaron mostrando cifras como las del Pew Research según las cuales un 62 por ciento de los estadounidenses mayores de edad reciben sus noticias en redes sociales (dos terceras partes, directamente de Facebook), súbitamente la idea pareció menos loca.

Los expertos señalan que, en efecto, lo nuevo no es el fenómeno, sino su alcance en virtud de la tecnología. Víctor García, investigador y candidato a Ph. D. de la Universidad de Texas, le dijo a EL TIEMPO: “Noticias falsas siempre ha habido, y los periodistas han sido víctimas de ellas en el pasado. La diferencia ahora es la rapidez con que circulan y son compartidas en las redes sociales, en donde se crean ‘burbujas informativas’ que filtran la información de acuerdo las creencias, identidades, gustos y preconcepciones de los usuarios”.

El algoritmo de Facebook filtra las noticias en virtud de intereses y formas de pensar, por lo que el usuario recibe contenido cercano a sus propios puntos de vista, lo que lo predispone a asumirlos como ciertos y, a su vez, lo ratifica en su creencia de que tiene razón y los que piensan distinto, no.

“Al colocar la información generada por cualquier usuario al mismo nivel que los medios investigativos y al utilizar robots en lugar de editores para filtrar la información de acuerdo con los gustos, la estructura de Facebook contribuye a la distribución de historias engañosas”, apunta García.

La experta en redes sociales Renata Cabrales señala que redes como Facebook dan a la información que distribuyen un halo de confianza, pues proceden de amigos y familiares. “Sin embargo, hay niveles de credulidad. Hay mentiras tan absurdas que mucha gente no las cree. La confianza en la mentira es directamente proporcional al desconocimiento de la gente: uno ve gente que maneja bien el celular pero no sabe leer o escribir muy bien”.

Así como Facebook, Google ha sido señalado por no atender los llamados de quienes le piden detectar y filtrar las informaciones equívocas o mentirosas. Lejos de hacerlo, la viralidad de las noticias falsas en las redes termina siendo provechosa para Google, que genera ganancias mediante su sistema AdSense. Al igual que en Facebook, un interesado en publicar noticias falsas puede pagar para aumentar el alcance de sus mentiras.

(Además: Sepa cómo denunciar insultos, agresiones y amenazas en Facebook)

Presionados por sus críticos, ambos gigantes anunciaron medidas para restringir el acceso de quienes publican noticias falsas a programas de alcance pago. También se exploran posibilidades como la de ‘etiquetar’ como falsas ciertas publicaciones. El viernes, nuevas críticas llovieron sobre Facebook porque, en lugar de bloquear las noticias falsas, bloqueó por varias horas un ‘plug-in’ que funcionaba como un popular ‘detector’ de mentiras.

Mentira y error

Para Carlos Patarroyo, decano de la Escuela de Ciencias Humanas de la Universidad del Rosario, en las redes sociales existen dos tipos de información falsa. Por una parte, la malintencionada, que es generada con la intención específica de engañar, y por otro, la que es producto de la negligencia o ignorancia.

Para el experto, firmas como Facebook y Google tienen gran responsabilidad en la información del primer tipo, pues podrían tomar medidas drásticas para que ese fenómeno no siga creciendo.

“Las redes sociales han de velar para que sus plataformas no sean utilizadas para el engaño, la suplantación y la manipulación”, indicó.

(También: Google descubre campaña de ‘hackeo’ contra periodistas)

En cambio, Patarroyo señala que estas empresas no tienen responsabilidad frente al segundo tipo de información falsa, que bien puede considerarse de la esfera de los usuarios. “Son ellos los que deben tener cuidado acerca de lo que publican, y ‘repostean’ o retuitean”, añadió.

El académico señala que el ‘remedio’ más efectivo –aunque no el más rápido– ante dicha tendencia es la adecuada educación de las audiencias. “La educación debe desarrollar una habilidad importante: la sed de información profunda y sólida. Cuando se aprende de indagar no el qué sino el porqué, la mera información descriptiva ya no basta, ya no sacia la sed de explicación. Es ahí en donde se recurre a buscar más información, más explicaciones. Sin embargo, aquí es donde hacen agua las informaciones falsas que circulan por internet”.

Afirma además que “la información falsa solo es un problema si es creída. En cambio, si no lo es, no importa que circule; más aún, muy seguramente disminuirá drásticamente la circulación”. Allí hallan una ventaja los medios reconocidos, cuyas marcas llevan asociado un reconocimiento de credibilidad. ‘The New York Times’, por ejemplo, reportó 41.000 suscripciones digitales nuevas en los días que siguieron a las elecciones en EE. UU.

Es una posición que comparten numerosos observadores, para quienes fenómenos como estos podrían evitarse simplemente si las audiencias asumieran la responsabilidad de buscar fuentes confiables y leer en forma crítica. El propio presidente de EE. UU., Barack Obama, lo expresó así: “Si no podemos discriminar entre los argumentos y la propaganda, entonces tenemos problemas”.

Análisis

¿Cómo batallar contra lo falso?

David Chavern, presidente y CEO de News Media Alliance:

Acudir a las marcas conocidas y a los medios tradicionales es una de las mejores herramientas para evitar caer en las trampas de quienes difunden contenidos falsos en internet. Así lo afirma el presidente y CEO de News Media Alliance, David Chavern, en una columna publicada en la página de esta empresa en la que asegura que estos medios han actuado como ‘antinoticias falsas’ por generaciones y, por lo tanto, deben seguir siendo el camino para acabar con la ‘epidemia’.

“Sé que es tentador hacer clic en el botón ‘compartir’ después de leer un titular especialmente llamativo. Sin embargo, la URL en la parte inferior de la publicación puede ser muy revelador. Si es de una fuente que nunca has oído hablar antes, vale la pena comprobar”, señaló el experto en el texto.

En su opinión, los algoritmos de Facebook y Google carecen del elemento editorial humano para decidir cuándo una historia es falsa; por eso –asegura–, las redes sociales deben darles prioridad a las noticias de fuentes establecidas, en lugar de solo promover titulares populares y virales que no se han verificado.

“De alguna manera, los periodistas han logrado ser los proveedores de la verdad durante siglos”, señaló.

Reportar a Facebook si sabe de algún contenido mentiroso y asegurarse de denunciar públicamente si cayó en la trampa de difundirlo y así evitar que otros sean víctimas son algunas de las recomendaciones de Chavern para los usuarios.

TECNÓSFERA

Tomado de:El Tiempo.com

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