No son las redes, es el periodismo / El otro lado

Foto: Archivo / EL TIEMPO
Ómar Rincón, crítico de televisión.

El oficio se debe reinventar para ir más allá de la indignación, la solidaridad y el cinismo.

Por:  ÓMAR RINCÓN |

Las redes digitales nos están graduando en cuatro sentimientos: la indignación, el matoneo, el cinismo y, de vez en cuando, la solidaridad. Y los medios entramos a jugar el partido en la misma onda: indignar, matonear, ‘ciniquiar’ y, de vez en cuando, solidarizar.

La tragedia del Chapecoense nos graduó en solidaridad. Ahí las redes sacaron el lado bueno de nuestra alma y nos permitió hacer un ejercicio público de ciudadanía solidaria.

Los periodistas y medios hicieron lo mismo: todos solidarios, depusieron sus fanatismos de camiseta o arrogancias de sabios del fútbol. La noticia fue una sociedad muy humana, cercana, hermana y amorosa. (Lea: El periodismo guau)

La indignación nació ante la cruel realidad que nos habita: la barbarie producida en Yuliana Samboní y protagonizada por Uribe Noguera.

Aberrante desde donde se le mire. Y el periodismo hizo lo que pudo: hacer oda a la indignación. Y el estar indignado es pura emoción, poca pausa, nada de explicación. La indignación fue la noticia.

El matoneo es la noticia política. Por ejemplo, el Nobel de Paz a Santos se convirtió en campo de acusaciones falsas y terroristas por los que lo odian. Un hecho que debería juntarnos nos lleva a combatir con las balas de la mentira y el trino. (Lea también: La paz en el periodismo)

Los políticos han convertido al matoneo en su forma de hacer política. Y los medios han caído en la trampa de hacer del matoneo la noticia.

El cinismo es el otro escándalo. En España invitan a vivir “una Navidad blanca” con la serie ‘Narcos’. Y salen las redes y el Gobierno a decir que eso es sensacionalista, que los colombianos somos más y mejores que eso, que no hay derecho.

Pero si a la gente de cine, al Estado y el Presidente les mata de emoción que Netflix nos haya descubierto y le hicieron hasta ‘premier’ en la Casa de Nariño, ¿por qué el enojo? ¡Cínico!

Solidaridad de redes, indignación de redes, matoneo de redes y cinismo de redes… estas son las noticias de los medios que no investigan, no preguntan, no contextualizan, no hacen periodismo.

Los medios siguiendo a las emociones sensacionalistas de las redes antes que produciendo calidad de agenda que sigan los ciudadanos.

La indignación solo dura unos días, los problemas continúan; la solidaridad solo es noticia en las tragedias y debería ser de cultura ciudadana, el matoneo en las redes poco ayuda a convivir, el cinismo es de los mercaderes. Las redes no pueden ser la noticia. No basta con indignarse, eso solo sirve para graduarnos de tontos buenos y no nos lleva a ninguna parte. ¿Qué hacemos para desindignarnos? Más allá de la indignación, el periodismo debería pausar y ayudarnos a comprender.

El periodismo se debe reinventar para ir más allá de la indignación, la solidaridad, el cinismo y el matoneo de la semana.

El periodismo debe recuperar el contexto, volver a los datos, analizar qué nos está pasando como país, pausar las redes. El periodismo debería ser la noticia.

ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión

Tomado de:El Tiempo.com

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