Los diez grandes reportajes

4 marzo 2020 –

Foto: Pixabay –

Por: Cuartopoder.es

El reportaje, el género periodístico por excelencia, es la mirada de un hombre sobre el mundo, un retrato fidedigno de la verdad letra a letra. Desgraciadamente para los lectores, y sobre todo para los reporteros, ya pasaron los tiempos en que un director de periódico podía llamar a un plumilla y decirle: «Asista a la inauguración del canal de Suez y envíeme una crónica. Después suba por el Nilo y describa todo lo que encuentre interesante en el Alto Egipto y prepare una guía práctica para los viajeros aficionados. Escriba algo sobre la expedición de Baker en busca de las fuentes del río. Después viaje a Jerusalén y entérese de las excavaciones que está haciendo el capitán Warren, parece que han hecho descubrimientos importantes. Entre en Siria y envíeme una crónica política del país. Siga hasta Constantinopla, infórmese de los conflictos entre el jedive y el sultán. Pase luego por Crimea, visite las exploraciones arqueológicas y los campos de batalla. En el Cáucaso, investigue la política y los proyectos de los rusos en aquella región y en el mar Caspio. Dicen que los rusos proyectan una expedición a Kiva. Entérese. Cruce a Persia y mándenos algo interesante desde Persépolis. Bagdad le queda de camino, escriba alguna crónica sobre el valle del Éufrates. Luego viaje a la India, échele una mirada, prepare algo, y ya desde allí embarque hacia África y empiece a buscar a Livingstone. Páselo bien y que Dios le acompañe».

En 1902, Jack London se vistió con ropa vieja, alquiló un cuarto de mala muerte, guardó un poco de dinero en el cinturón y se sumergió dos meses en el East End, una de las zonas más miserables de Londres, para descubrir en sus propias carnes en qué condiciones vivía el proletariado británico varias décadas después de Marx y Engels. El resultado fue un documento de una brutalidad aterradora y una honestidad implacable, probablemente la primera denuncia de primera mano de la injusticia esencial del sistema capitalista.
Después de acompañar a Pancho Villa en la revolución mexicana, Reed llegó a Rusia en medio de la Primera Guerra Mundial, conoció a Lenin, entrevistó a los principales dirigentes de las diversas facciones, asistió a las multitudinarias asambleas y levantó acta del proceso revolucionario de octubre en un electrizante reportaje que, a su regreso a los Estados Unidos, le valió la fama inmediata y una acusación de espionaje. Tras su exilio en la URSS y su muerte por tifus, fue enterrado en el Kremlin junto a otros líderes bolcheviques.
«Me fui» escribe Chaves Nogales sobre su huída de España en plena guerra civil, «cuando tuve la íntima convicción de que todo estaba perdido (…). En mi decisión pesaba tanto la sangre derramada por las cuadrillas de asesinos que ejercían el terror rojo en Madrid como la que vertían los aviones de Franco, asesinando mujeres y niños inocentes». Exiliado en un pequeño hotel de París, Chaves Nogales escribió estos nueve alucinantes relatos basados en hechos rigurosamente verídicos, tal vez el libro que mejor describe el espanto de la Guerra Civil española.
Basada en la experiencia personal del propio Orwell durante la Guerra Civil española, donde acudió como voluntario desde diciembre de 1936 a junio de 1937, este gran reportaje es un grandioso fresco al natural de la contienda fratricida entre comunistas y anarquistas en una Barcelona entregada a la efervescencia revolucionaria. El libro provocó no sólo la ruptura con su editor, quien se negó a publicarlo alegando el daño que podía hacer a los ideales socialistas, sino también un cisma en las filas de la izquierda ortodoxa.
De la conjunción entre un escritor de primer orden y un personaje inverosímil nació este libro prodigioso que no se parece a ningún otro y cuya publicación póstuma celebraron escritores de la talla de Doris Lessing, Salman Rushdie, Martin Amis y Julian Barnes. En 1942 apareció en The New YorkerEl profesor Gaviota, retrato de un vagabundo neoyorquino que había consagrado su vida a escribir una
Historial Oral compuesta de miles de semblanzas, impresiones y diálogos que abarcaba la historia entera de la ciudad. En 1957, tras la muerte de GouldMitchell publicó la segunda y definitiva crónica, el último texto que escribiría en su vida antes de retirarse del periodismo y dedicarse a rastrear junto a su mujer objetos perdidos por los solares y edificios en ruinas de Manhattan.
Entre el ensayo y la poesía, la metafísica y la psicología, Del boxeo es probablemente el mayor monumento literario consagrado al noble arte, un texto en el que Oates recoge la fascinación con que ha asistido a ese «teatro trágico de Norteamérica» desde los días en que su padre la llevaba de niña a sus primeros combates hasta que, ya adulta, pudo asistir a una de las mayores peleas de las que se tiene noticia: la que enfrentó a Tommy ‘La Cobra’ Hearns contra Marvin ‘Maravilla’ Hagler por el cetro de los pesos medios. Puntuada de destellos, de fogonazos y descubrimientos, la prosa de Oates se alza por encima de la crónica deportiva para ahondar en los misterios del cuerpo y del alma.
El bisturí delicado, preciso y elegante de Talese se vuelca en un reportaje sobre las costumbres sexuales de la sociedad estadounidense, una investigación de primera mano que abarca varias décadas de historia americana y que va desde las andanzas del fundador de Playboy, Hugh Heffner, a la trastienda de los salones de masajes, desde la vida triste y solitaria de los consumidores de pornografía al mundo de las orgías y los intercambios de pareja.
Para John Le Carré, era «el enviado de Dios», para otros, sencillamente, el mejor reportero del mundo. Si cada libro de Kapuscinski es el testimonio definitivo de un lugar y una época, Ébano es un milagro: la conjunción de 29 crónicas que escribió de 1957 a 1990, cuando trabajaba como reportero para una pequeña agencia polaca viajando por diversos países africanos. Testigo de los procesos de descolonización del continente, de la miseria, las guerras y el hambre que han jalonado África, Kapuscinski tiene el don de la visión angélica, la perspectiva de un narrador en primera persona que poco a poco desaparece y deja que la narración hable por sí misma.
En 1997 dos expediciones comerciales intentaban llevar a sus clientes a la cima del Everest cuando un brusco cambio de tiempo provocó una auténtica masacre. Jon Krakauer, que sobrevivió a la tragedia, relató pormenorizadamente su experiencia en este reportaje polémico y emocionante que no es sólo una denuncia del turismo de aventura, sino también una triste constatación de la influencia que el periodismo ejerce sobre los hechos: el principio de que el observador influye en lo observado.
Desde el inconcebible hormiguero del puerto de Nápoles al tenebroso barrio de la Scampia, el mayor centro comercial de droga del mundo; desde los talleres chinos de falsificación de ropa de lujo hasta los escondites ilegales de residuos radiactivos, éste es el reportaje definitivo sobre la Camorra napolitana. Saviano pone al descubierto las jerarquías del crimen, sus atajos, sus justificaciones, su cultura, sus campos de influencia y sus ramificaciones políticas en un libro tan incómodo y valiente que su publicación le ha costado una sentencia de muerte.