¡Jóvenes, el periodismo los necesita!

10 Junio 2019.

Foto: Pixabay.

Nota: El Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) adhiere en su totalidad al contenido de la columna de Fernando Posada. El gremio respeta, pero no comparte las voces que desaniman y desestimulan la carrera de Comunicación Social y Periodismo. Por el contrario, motiva a los estudiantes que la están cursando, y a quienes proyectan hacerlo, a estudiar con orgullo y con confianza esta profesión, por ser de actualidad y tener gran demanda hacia el futuro, dado que los esquemas tradicionales cambiaran dando cabida a múltiples formas de comunicación y por ende de vinculación. Porque hecha con responsabilidad y rigurosidad contribuirá con cambios trascendentales para lograr una mejor sociedad. Por algo está calificada como el mejor oficio del mundo.

Tomado de: Fernando Posada – El Tiempo.

En semanas recientes, varios columnistas y periodistas colombianos han escrito sobre la necesidad de replantear el papel de las facultades de comunicación en la tarea de formar jóvenes profesionales capaces de enfrentar los nuevos retos del mundo periodístico. Algunos otros han ido más lejos, recomendando a los jóvenes bachilleres tomar otro camino profesional en vez de estudiar periodismo. Pero aquel mensaje poco ayudará a construir un mejor ambiente para el futuro de la comunicación en Colombia.

Es claro que el periodismo pasa por un momento de retos y dificultades, en el que la innovación y los cambios en el modelo de negocio han transformado las dinámicas de las salas de redacción. En gran parte debido a las nuevas tecnologías, el periodismo de estos tiempos ha debido enfrentar un desafío similar al que han conocido industrias como la música y el cine: la idea cómoda que se ha incrustado en la mentalidad de toda una generación, que dicta que en el mundo del internet el contenido debe ser gratuito. Gran parte de la crisis que hoy enfrenta el periodismo corresponde a esa contradicción enorme, donde un público cada vez más amplio demanda contenidos de impecable calidad, con investigaciones a profundidad y entrevistas de primer nivel, pero sin la disposición de pagar por el acceso a ellos.

En medio de las dificultades que enfrenta el gremio, invitar a los jóvenes a tomar distancia de ese rumbo profesional de ninguna manera ayudará a conseguir soluciones reales para lograr lo que debería ser el objetivo de todos: construir sostenibilidad desde lo financiero e independencia desde lo periodístico. Ese planteamiento tampoco contribuirá a fortalecer el gremio o a mejorar las condiciones laborales de los periodistas, sino todo lo contrario: a generalizar la idea equívoca de que las facultades de comunicación son mediocres. No solo están lejos de serlo, aunque es necesario el debate sobre la pertinencia de muchos de sus contenidos, sino que también son imprescindibles para el futuro del periodismo.

¿Han caído en cuenta del inmenso daño que ese mensaje les hace a los jóvenes que han obtenido con esfuerzo sus diplomas en facultades de periodismo, siendo ese su mayor activo por el resto de sus carreras? ¿Olvidan la manera como mensajes como ese pueden desmoralizar a los miles de jóvenes que llenos de sueños han comenzado a estudiar periodismo? Si algo necesita el debate público colombiano en la actualidad es la llegada de jóvenes talentosos y preparados, con conocimiento y voluntad de poner en práctica formas innovadoras de hacer periodismo. Llenarlos de miedos como si se tratara del único campo laboral con falencias sin duda no salvará el futuro del oficio.

Desde mi experiencia, puedo decirles a los jóvenes que sueñan con dedicarse al periodismo, como hace pocos años era mi caso, que se trata de un camino profesional profundamente enriquecedor y emocionante. Brinda la oportunidad inigualable de escribir y presenciar el primer borrador de lo que será la historia, parafraseando una idea que ha sido atribuida a muchos periodistas, sin existir certeza de quién fue el primero en decirla. Pero, sobre todo, es un oficio lleno de mérito el de informar a una sociedad de individuos cada vez más ocupados con sus asuntos personales, con el objetivo de generar un mayor interés por los temas de interés público en medio de la apatía cotidiana.

Existe desde hace años un gran debate sobre cuál debe ser el camino profesional ideal para lograrlo. Muchos profesionales provenientes de campos distintos al periodismo han sobresalido en el gremio, sobre todo desde publicaciones y discusiones que abordan análisis profundos sobre asuntos como la política y el derecho. Es más que válida la decisión de muchos jóvenes que estudian carreras como la economía, la filosofía o la ciencia política para dedicarse al periodismo, aportando la profundidad de su conocimiento en esas áreas. Pero también son muchas las áreas del periodismo, en ámbitos como la edición, el manejo de redes sociales y la corrección de estilo, que requieren la presencia de periodistas de profesión entrenados para esas tareas. La coexistencia entre profesionales del periodismo y de otras áreas es esencial para el futuro de una comunicación mejor informada y con mayor conocimiento de todas las áreas de interés.

Es por eso que les digo a los jóvenes –al contrario del mensaje que desde varias arenas les repiten– que si buscamos construir un mejor periodismo en Colombia, el gremio los necesita… ¡y con urgencia! Si existe la noción alarmista de que el barco se hunde, estamos ante dos opciones: o saltamos en medio de la desesperanza, o nos resistimos a la derrota y buscamos una solución sostenible. Por el bien de una sociedad que requiere información de calidad para enfrentar los tiempos de la posverdad, los invito a optar por la segunda.