Cómo combatir la preocupante crisis del periodismo colombiano

28 Agosto 2019.

Foto: Pixabay.

Por: Daniella Paola Vassallo Díaz / Las 2 Orillas.

Los medios tienen cada vez menos credibilidad y los profesionales de la comunicación incurren con más frecuencia en prácticas que no son correctas. ¿Se puede hacer algo?

Durante muchos años, para los colombianos los medios masivos de comunicación han sido las herramientas de información, divulgación, pero sobre todo de dominación, que hasta la actualidad, aún con sus múltiples convergencias y cambios, no dejan de ser motivo de discordias, tristezas y manipulaciones entre las diferentes sociedades.

Ahora bien, se dice que el profesional en Comunicación Social y Periodismo debe velar por la objetividad, parcialidad y asegurar que la información llegue de manera oportunidad, sin ser manipulada ni cambiada para intereses de otros ni mucho menos los propios. Sin embargo, eso no siempre se cumple. La propaganda que, según Jesús Morales León en su libro Ética del Comunicador Profesional, tiene el objetivo de «persuadir, mediante ideas o hechos, con fines proselitistas de carácter político, religioso o ideológico», es ampliamente usada, haciendo que el público caiga fácilmente en la manipulación o en el engaño.

Pues parece que en nuestra sociedad esa facilidad de manipulación y engaño sedujo muy profundamente a los grandes canales de información, así como también a su cuerpo periodístico. Un gran ejemplo de ello es la polarizada división de los más grandes medios del país: Caracol y RCN. ¿O sería mejor decir derecha e izquierda?, ¿partidos políticos enfrentados?

Además, nos hemos llenado de fake news, información errónea, comunicados con múltiples versiones (sin saber cuál creer), pero sobre todo figuras públicas y políticas que representan las “verdades” de cada medio de comunicación; cada uno en busca de sus propios intereses. Como diríamos los colombianos: “por la plata baila el perro” o “cada quien se arrima al palo que más sombra le dé”.

En fin, es realmente triste ver la desconfianza que se ha sembrado en la gente con respecto a las grandes cadenas de televisión. Así mismo, es increíble ver cómo un profesional que dura cinco años formándose en un pregrado y unos más en un posgrado termine en un mundo laboral donde su vida gire alrededor de mentiras. Lo anterior simplemente por querer ganar reconocimiento, dinero o un puesto determinado en algún lugar.

Ante este panorama, en Colombia, es momento de abrir los ojos, apoderarnos de nuevas herramientas como las redes sociales y ser nuestros propios voceros de la verdad. No podemos seguir permitiendo que las luchas políticas nos sigan enfrentando, nos sigan polarizando y sobre todo dividiendo. Vivimos en un país en donde obligatoriamente debemos pertenecer a un partido político, en donde si no haces parte de B arbitrariamente te ubican en C sin escucharte, todo sin darte la posibilidad de simplemente no afiliarte a ninguna ideología o partido.

Dice nuestra constitución que somos libres, pero realmente tú, que hoy estás leyendo esta columna, ¿te sientes así? Más bien, me gustaría que te preguntaras: ¿alguna vez has sido juzgado por quien eres o por aquello en lo que crees? Porque indiscutiblemente yo sí he sido juzgada y señalada en múltiples ocasiones.

Espero que el país que me vio nacer siga creciendo y pueda conocer y disfrutar de profesionales respetuosos y apasionados por el oficio periodístico. Todos podemos cambiar el mundo, incluso desde pequeños actos. ¡Comienza ahora!