Ser periodista en Camboya, entre el »infierno» y la persecución

Foto: Pixabay.

La policía Phnom Penh les detuvo el 14 de noviembre de 2017, dos meses después de que el gobierno del Primer Ministro Hun Sen ordenara el cierre de la oficina local de Radio Free Asia.

Tomado de: Portal Web REPORTEROS SIN FRONTERAS.

El cierre de la oficina fue parte de una campaña gubernamental contra los medios de comunicación independientes de cara a las elecciones generales de julio de 2018. Pretendía mandar un mensaje a los periodistas del país para demostrar lo que podía costar no seguir la línea oficial. Uon Chhin y Yeang Sothearin se quedaron sin trabajo con el cierre de Radio Free Asia y pasaron un total 272 días en prisión.

“Esto dos periodistas son víctimas colaterales de la campaña orquestada por Hun Sen para silenciar a todos los críticos”, afirma Daniel Bastard, responsable de la oficina Asia – Pacífico de Reporteros Sin Fronteras.

“Los interminables días que pasaron en prisión, lejos de sus familias, en esas condiciones, sirvieron a un solo propósito: intimidar a sus compañeros periodistas. El Gobierno todavía debe retirar los cargos contra ellos para que esta persecución llegue a su fin”.

Hablando a cámara para Reporteros Sin Fronteras, Uon Chhin y Yeang Sothearin describen el “infierno en la tierra” de los nueves meses que pasaron en la cárcel de Prey Sar.

La prisión S24, construida con el régimen de los Jemeres Rojos, es conocida por sus terribles condiciones, que incluyen el hacinamiento (con celdas de cuatro metros que llegan a albergar a 30 reclusos), insoportable calor y total falta de higiene .

Este panorama apocalíptico lo ha confirmado también recientemente James Ricketson, documentalista australiano, que ha aportado al Cambodia Daily el testimonio de su paso de 15 meses en esta cárcel, acusado de espionaje. Fue perdonado el mes de septiembre.

 

 

Uon Chhin y Yeang Sothearin fueron puestos en libertad bajo fianza el 21 de agosto, pero todavía se enfrentan a una posible pensa de 15 años de cárcel por cargos de espionaje. La realidad es que han sido reducidos al silencio y podrían volver a prisión si vuelven a publicar una información que haga el mínimo comentario que desagrade a las autoridades.

Camboya ocupa el puesto 142 de los 180 países que conforman la actual Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada anualmente por Reporteros Sin Fronteras.